martes, 23 de abril de 2013

Un Gesto de Amabilidad…


En un día interminable de trabajo, solo restaba abordar el autobús 203 de regreso a casa. Disfrazada de oficina, era técnicamente un marciano en la micro, todo el entorno mira con recelo o apatía. La tortura empeora con los zapatos de taco y la hora y media de trayecto.

Por fin un asiento, que termina con el suplicio de mis pies. Unas cuadras más adelante se sienta junto a mi un joven con los ojos repletos de maldad…sin Dios ni ley…

Sentí su intención y tuve mucho miedo, pero sin tartamudear y de corrido le pude hablar:- “quieres cambiar y sentarte al lado de la ventana”. Él me miró y sin comprender siquiera cómo le puede hablar, acepto y agradeció mi gesto de amabilidad hacia él. Sus ojos me dijeron que hacia mucho mucho tiempo, no recibía tan significativo e inmenso regalo; un gesto de amabilidad.
Mi miedo desapareció y mi corazón se lleno de compasión.     

1 comentario:

Anónimo dijo...

no se si yo habría echo lo mismo...la verdad no, debo ser honesta...